Un Sahara Verde

Hoy en día, el Sahara es un vasto desierto que abarca más de 3,5 millones de millas cuadradas en el norte de África. Pero tan recientemente como hace 6.000 años era un paisaje verde, con vegetación en expansión y numerosos lagos. Las antiguas pinturas rupestres de la región representan hipopótamos en abrevaderos y manadas de elefantes y jirafas errantes, un contraste vibrante con el terreno árido e inhóspito de hoy.





Imagen de satélite de la NASA del polvo del desierto del Sahara

Esta imagen de satélite de la NASA muestra el polvo de una tormenta de polvo del Sahara en junio de 2012 que se extiende mucho más allá de las Islas Canarias y Madeira.

La era verde del Sahara, conocida como el período húmedo africano, probablemente duró entre 11.000 y 5.000 años atrás y se cree que terminó abruptamente, en uno o dos siglos. Ahora, investigadores del MIT, la Universidad de Columbia y otros lugares han descubierto que este rápido cambio climático se produjo casi simultáneamente en el resto del norte de África.

El equipo rastreó los períodos húmedos y secos de la región durante los últimos 30.000 años mediante el análisis de muestras de sedimentos recolectadas frente a las costas de África. Dichos sedimentos están compuestos, en parte, de polvo arrastrado desde el continente durante miles de años. Cuanto más polvo se acumuló en un período determinado, más seco pudo haber sido el continente.



A partir de sus mediciones, los investigadores encontraron que el Sahara emite cinco veces más polvo hoy que durante el Período Húmedo Africano. Sus resultados, que sugieren un cambio en el clima de África mucho mayor de lo estimado anteriormente, se publican en Letras de ciencia terrestre y planetaria .

David McGee, profesor asistente en el Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias, dice que los resultados cuantitativos del estudio ayudarán a otros científicos a determinar la influencia de las emisiones de polvo en el cambio climático pasado y presente.

Nuestros resultados apuntan a cambios sorprendentemente grandes en la cantidad de polvo que sale de África, dice McGee, quien hizo gran parte del trabajo como postdoctorado en Columbia. Esto nos da una línea de base para mirar más atrás en el tiempo, para interpretar cuán grandes fueron los cambios climáticos pasados.



Como siguiente paso, McGee está trabajando con colaboradores para probar si estas nuevas mediciones pueden ayudar a resolver un problema de larga data: la incapacidad de los modelos climáticos para reproducir las condiciones húmedas en el norte de África hace 6.000 años. Con resultados que se pueden usar para estimar el impacto de las emisiones de polvo en el clima regional, los modelos finalmente pueden replicar el norte de África de esa época, una región de pastizales que albergaba una variedad de vida silvestre itinerante.

Este es un período que captura la imaginación de las personas, dice McGee. Es importante comprender si el polvo ha tenido un impacto en el clima pasado y cuánto ha tenido.

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